Los hijos de Britney Spears, Jayden y Sean, expresan abiertamente su desdén por su madre, burlándose de su comportamiento y llamándola “loca” en las redes sociales. A pesar de sus sentimientos negativos hacia ella, aún exigen una generosa mesada mensual de $40,000.
A pesar de su animosidad, los chicos tienen un notable parecido con su madre escandalosa, Britney, quien, a los 42 años, cree que solo están interesados en su dinero. Jayden, de 18 años, y Sean, de 19, parecen carecer de cualquier sentido de deber filial hacia la otrora icónica cantante, en marcado contraste con el apoyo que recibe de sus fanáticos.
A principios de los 2000, Britney Spears estaba en la cima de su carrera, conocida como una de las estrellas más cotizadas y mejor pagadas de Hollywood.
Su nombre se convirtió en sinónimo de fama y éxito, pero hoy se encuentra en el fondo, incapaz de lidiar con la inmensa presión y el escrutinio a los que fue sometida desde joven.
Tristemente, los padres de Britney parecían más preocupados por la riqueza de su hija que por su bienestar, lo que contribuyó a su declive.