El “padre” de la Nutella, Francesco Rivella, falleció a los 97 años, dejando un legado imborrable en la industria de la confitería. Fue clave en el desarrollo de la crema de avellanas más famosa del mundo.

El pasado 14 de febrero, el mundo de la confitería perdió a una de sus figuras más destacadas: Francesco Rivella, el químico italiano conocido como el “padre” de la Nutella, falleció a los 97 años, según informaron diversos medios de comunicación. Su legado en la industria alimentaria es innegable, ya que fue una pieza clave en la creación de la crema de avellanas más famosa del planeta.

Rivella comenzó su trayectoria en Ferrero en 1952, tras licenciarse en química bromatológica en Turín. En la empresa italiana, trabajó en la “sala de química”, donde se desarrollaron algunos de los productos más icónicos de la marca. Durante su carrera, desempeñó un papel fundamental en la investigación de materias primas y en la creación de nuevos productos, combinando y refinando ingredientes para lograr sabores únicos.

Su trabajo lo llevó a convertirse en gerente sénior de Ferrero, empresa fundada en 1946 por Pietro Ferrero, quien inició la creación de Nutella durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el chocolate era un producto racionado. Rivella no solo perfeccionó la receta, sino que también colaboró estrechamente con Michele Ferrero, hijo de Pietro, para llevar la Nutella al éxito global.

La historia de Nutella comenzó en 1946 con el Giandujot, una pasta dulce de chocolate y avellanas en forma de barra. En 1951, evolucionó a una versión más cremosa llamada SuperCrema, y en 1964, Rivella y Michele Ferrero perfeccionaron la fórmula, dando origen al primer frasco de Nutella. Actualmente, la receta incluye siete ingredientes principales: azúcaraceite de palmaavellanaslechecacaolecitina y vainillina.

Tras su jubilación, Rivella se dedicó al cultivo de frutas y al pallapugno, un deporte tradicional italiano. Le sobreviven tres hijosuna hija y siete nietos. Su funeral se llevó a cabo en Alba, donde residía tras su retiro, y sus restos fueron sepultados en Barbaresco.

El fallecimiento de Rivella ocurrió exactamente diez años después de la muerte de Michele Ferrero, su colaborador y amigo en la creación de Nutella. Su partida cierra el capítulo de una vida dedicada a la innovación y al placer del chocolate, dejando un legado que sigue endulzando el mundo.

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